Limpiar con regularidad es importante para mantener el dispositivo en buen estado de funcionamiento. En caso de no limpiarse, los restos de vello, sudor o suciedad se pueden acumular durante el tratamiento y pueden provocar reacciones en la piel o reducir el rendimiento del sistema Lumea. Asegúrate de que tanto tu piel como el dispositivo están limpios antes de cada tratamiento. Sobre la piel no deben quedar restos de agua, aceite, crema, desodorante ni leche corporal.
Consulta las instrucciones a continuación sobre cómo limpiar el sistema Lumea.