Espero que en todas las consultas eso haya ocurrido. Ya que de una u otra manera, esa debería ser la regla y no la excepción. Sin embargo los pacientes, pueden tener pequeñas intervenciones que causen impacto significativo en nuestras vidas, y ¿como no hacerlo? Si día a día escuchamos sus historias, sus inquietudes y sus más profundos temores.
En un hospital en Sao Paulo, dónde hice mi especialización en cardiología y ecocardiografía, estaba orientando a un paciente sobre modificaciones en su estilo de vida. Era un paciente obeso y sedentario. Entonces dije con el tono imperativo que a veces caracteriza la inmadurez del joven residente: Debe comenzar a hacer ejercicio y mejorar su alimentación. A lo que este paciente, en tono defensivo, preguntó: ¿Y usted?, doctora, ¿Usted sigue sus propias recomendaciones?. En el momento, pensé sugerir que Los pacientes deben poner en práctica lo que el médico indica y no lo que el médico hace, pero me quedó claro, que ellos quieren médicos que sean reflejo de salud, y por allí comienza la confianza en nuestra relación.
En la época de residencia, el estrés de las clases, consultas, guardias, exámenes; nos inundan de circunstancias en las que el sedentarismo y la mala alimentación ganan la batalla, y muchas veces sacrificamos nuestra vida presente por la meta a futuro. Sin saber que en ese futuro, tal vez no cambian mucho esa condiciones de vida.
Entendí que yo no era diferente a mis pacientes, que muchas veces trabajan dobles turnos, sin tiempo para actividades de esparcimiento o dedicadas a la salud individual, no tienen ingresos suficientes para cuidar de su propia alimentación, o teniéndolo, prefieren invertir en otras necesidades familiares para sobrevivir, y la consecuencia tanto en ese paciente como en mí, era la misma, sobrepeso y problemas metabólicos.
¿Cómo le pido a mis pacientes que se ayuden si yo misma no lo hago? A partir de ese comentario, espontáneo, honesto, y sin malicia alguna, tomé la iniciativa de hacer lo que le pedía a los pacientes. Reducir el estrés, buscar alternativas ante el sedentarismo, aunque parezca que no hay tiempo suficiente en el día, y tratar de balancear la alimentación con recursos limitados. Eso me ayudó a buscar para ellos y para mí, metas más realistas.
¡Historias de vida que nos inspiran!