Sobrevivir a una enfermedad cardíaca no debería depender de quién es usted o dónde vive, pero muchas veces es así. Se estima que 17,9 millones de personas mueren cada año por enfermedades cardiovasculares, lo que representa la principal causa de muerte en todo el mundo [1]. Lamentablemente, más de tres cuartas partes de estas muertes ocurren en países de ingresos bajos y medios donde las personas a menudo no tienen acceso a servicios de salud efectivos y equitativos [2]. Sin atención accesible, muchas veces no se pueden realizar detecciones tempranas de estas enfermedades, lo que podría ayudar a evitar muertes prematuras. ¿Cómo podemos diseñar tecnologías para combatir estas disparidades en la salud y garantizar mejor que las personas en todo el mundo tengan acceso a la atención vital que necesitan [3]?