América Latina es conocida por sus comunidades vibrantes, culturas únicas y su notable biodiversidad. Pero esta región también se encuentra en la intersección de dos desafíos urgentes: la necesidad de ampliar el acceso a una atención médica de calidad que pueda prestarse de manera sostenible frente a las crecientes presiones medioambientales. Tanto los líderes mundiales como los agentes de cambio que se reunieron para la COP30 en Brasil deben abordar tanto el cambio climático como las persistentes brechas en el acceso a la atención sanitaria en toda América Latina.
A pesar de algunos avances recientes, más del 35% de la población de América Latina y el Caribe informa de necesidades sanitarias no cubiertas, un problema aún más significativo en las comunidades marginadas. Para quienes viven en zonas rurales y remotas, la infraestructura limitada y la escasez de profesionales de la salud cualificados dificultan incluso la obtención de la atención más básica.
Y con enfermedades no transmisibles, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, que causan el 82% de todas las muertes en la región de América Latina en 2020, las apuestas son altas. Mientras tanto, los propios sistemas sanitarios contribuyen significativamente a los problemas medioambientales, representando entre el 4% y el 5% de las emisiones globales de CO₂.
Nuestra salud y la del planeta van de la mano. Dado que el Plan de Acción de Salud de Belém de la COP30 destaca la importancia de sistemas sanitarios resilientes al clima y la necesidad de equidad y participación en los asuntos climáticos, es fundamental que la industria se una para acelerar la acción colectiva e integrar la sanidad en la solución climática.
El espíritu de colaboración e innovación ya es evidente en toda América Latina. Las colaboraciones entre los gobiernos, las universidades, las ONG e industria están derribando barreras para la atención y promoviendo la gestión ambiental. Esto está preparando las bases para un progreso real y duradero en la construcción de sistemas de salud resilientes al clima en toda la región.
Living Lab, una colaboración entre Philips Foundation, Philips Brasil y SAS Brasil, es un gran ejemplo de ello. Solo en su primer año, Living Lab llegó a más de 54.000 pacientes en algunas de las zonas más remotas de Brasil, incluyendo comunidades amazónicas accesibles solo por río. La iniciativa formó a enfermeras del sistema de salud público para realizar procedimientos vitales, como la ecografía y la telecolposcopia, ampliando el acceso a servicios esenciales de salud de la mujer que antes estaban limitados a médicos especializados.
Living Lab también ha llevado el cribado del cáncer de cuello uterino directamente a las mujeres indígenas en la Amazonía, eliminando la necesidad de viajes en barco de varios días y demostrando que la telemedicina puede ser una verdadera fuerza para la inclusión y la equidad. En el noreste de Brasil, los datos muestran que, en un estudio de 4.642 teleconsultas, el 86,6% evitó las derivaciones presenciales, lo que ahorró a los pacientes tiempo, distancia y emisiones de CO₂ asociadas a los desplazamientos.
Estos modelos digitales de salud están apoyando tanto a las personas como al planeta. Y proyectos similares en Perú, Argentina y Colombia están utilizando tecnología portátil y capacitando a los profesionales sanitarios para agilizar diagnósticos y tratamientos en las zonas de mayor acceso.
La colaboración también está transformando los diagnósticos. En Bahía, uno de los estados más grandes de Brasil, una colaboración entre el gobierno estatal, Philips y un consorcio de diagnóstico ha establecido un centro de radiología centralizado y ha desplegado 44 sistemas avanzados de imagen en 12 hospitales. Con 120 millones de reales brasileños invertidos en infraestructura, este proyecto permitió realizar más de 500.000 pruebas diagnósticas en solo un año, con más de 3,5 millones de personas beneficiándose de un mejor acceso al cribado y al diagnóstico temprano durante la siguiente década.
Otros líderes del sector salud en Brasil y en la región también están adoptando este espíritu de colaboración. Más del 40% ya colabora con empresas de tecnología de la salud y el 33% con instituciones educativas. Las entidades gubernamentales, aseguradoras y pagadores también son reconocidos como aliados vitales (ambos con un 44%), especialmente para mejorar la puntualidad y la calidad de la atención. Estas colaboraciones están ayudando a modernizar los hospitales públicos, a integrar tecnologías avanzadas y a fomentar tanto la sostenibilidad financiera como mejores resultados en salud.
La colaboración también puede apoyar sistemas de salud resilientes al cambio climático. En una carta abierta dirigida a los líderes mundiales antes de la COP30, la Alianza de Líderes Empresariales por el Clima del Foro Económico Mundial destacó la viabilidad comercial de la economía climática y exhortó tanto a las empresas como a los responsables de políticas públicas a aprovechar la oportunidad para lograr mayores rendimientos, mayor resiliencia y crecimiento. Entre 2019 y 2023, los miembros de la Alianza redujeron las emisiones en un 12% y aumentaron los ingresos en un 20%, demostrando que los esfuerzos colaborativos ya están generando un impacto ambiental y económico real.
Este progreso muestra lo que es posible. También subraya la oportunidad de que el sector salud lidere la acción climática.
La sostenibilidad medioambiental también está transformando la tecnología de la salud en toda América Latina. Ha habido un aumento de los sistemas médicos ecológicos, de los modelos de economía circular que reacondicionan equipos para un uso prolongado y de las soluciones avanzadas de imagen que minimizan la dependencia de recursos no renovables. Esto demuestra cómo los equipos reacondicionados pueden hacer que la atención de alta calidad sea más asequible y accesible, al tiempo que apoyan los objetivos de sostenibilidad de los hospitales.
El creciente portafolio de productos circulares, ecológicos y EcoDiseñados de Philips está reduciendo las emisiones de carbono y los residuos en la sanidad hospitalaria. Por ejemplo, los sistemas de resonancia magnética con tecnología Philips BlueSeal utilizan solo el 0,5% del helio requerido por un sistema convencional de RM de Philips, abordando tanto los costes como las preocupaciones medioambientales.
Un impacto y un progreso más amplios y duraderos dependerán de la colaboración. Mientras la COP30 exige sistemas de salud equitativos y resilientes al clima, es hora de que los líderes sanitarios, responsables políticos, clínicos y proveedores impulsen innovaciones energéticamente eficientes, adopten soluciones circulares y construyan alianzas sólidas para generar un cambio duradero en beneficio de las futuras generaciones.
A través del pensamiento innovador y la colaboración audaz, el sector de la salud puede liderar el camino para ofrecer una mejor atención a más personas, mientras protege el mundo que todos compartimos.

Director General Philips América Latina
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