Es posible que el tubo esté obstruido con secreciones del pezón o con el lubricante. Enjuague bien el tubo con agua caliente jabonosa haciendo que el líquido suba por el dedal y el tubo, pase por la jeringa y, a continuación, salga.
Este ejercicio se debe repetir una serie de veces y, por último, se debe enjuagar con agua limpia.