Santiago, Chile - Royal Philips (NYSE: PHG, AEX: PHIA), líder en tecnología para el cuidado de la salud, en el marco del Día Mundial del Corazón busca resaltar la importancia sobre el conocimiento de la población en el uso de los Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) y la instalación de los mismos en espacios públicos para atender paros cardíacos repentinos.
Si bien COVID-19 sigue siendo una crisis de salud mundial, las enfermedades cardíacas continuarán siendo la principal causa de muerte. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año mueren más personas por enfermedades cardiovasculares (ECV) que por cualquier otra causa; además, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que en 2030 casi 23,6 millones de personas morirán al año por alguna enfermedad cardiovascular, principalmente por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo y en Chile, el 25,5% de la población se encuentra en la categoría de riesgo cardiovascular alto. Los accidentes cardiovasculares son la primera causa de muerte en Chile, y el Infarto Agudo al Miocardio (IAM) es la segunda causa de muerte en Chile. Esto quiere decir que, si sumamos ambas muertes, las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en Chile.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el control de los principales factores de riesgo (tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia, dieta poco saludable y sedentarismo) podría prevenir el 80% de los ACV, IAM y diabetes. De éstos, la presión arterial elevada es el principal factor de mortalidad prematura.
A pesar de estos datos, cabe destacar que el IAM no discrimina entre sexos, y el riesgo de presentar un evento agudo es diferente en hombres que en mujeres, ya que estas últimas poseen factores protectores y de riesgo asociados a características hormonales y reproductivas, que incrementan el riesgo post menopausia. Así, si bien el IAM es menos frecuente en el sexo femenino, es claramente más grave en ellas y con peor pronóstico que en el hombre.
La OMS indica que, desde el inicio de los síntomas de un IAM, dos tercios de los pacientes fallecen antes de llegar al hospital, siendo uno de cada tres pacientes en Chile (30%). Esto resalta aún más la importancia del reconocimiento temprano de los signos de alerta.