Puede haber ocasiones en que tu bebé necesite un poco de ayuda adicional a la hora de dormir. Acá te damos algunas sugerencias para ayudar a que tu bebé duerma bien.
Los bebés recién nacidos que son más inquietos pueden beneficiarse por el contacto piel a piel y por recibir muchos abrazos.
Para los recién nacidos, el movimiento es muy relajante. En el caso de bebés inquietos, trate de mecerlos suavemente en sus brazos, en el cochecito o en un cabestrillo o cargador de bebé. La succión también es muy relajante, de modo que trate de alimentarlo con leche materna o ponerle un chupete.
Un monitor para bebés te permite escuchar a tu bebé desde otro cuarto, de manera que el bebé pueda dormir tranquilo. Algunos monitores tienen un termómetro incorporado que avisa si el cuarto está demasiado caliente o frío. Es importante que no dejes que el bebé se acalore cuando duerme. Si el bebé ya es grande (y hace ruidos cuando duerme), buscá unmonitor con sensibilidad ajustable. No se van a escuchar todos los sonidos, sino que vas a saber cuando tu bebé te necesita.
Observá si el bebé se tranquiliza solo después de las primeras semanas. Poné al bebé en la cuna en estado relajado somnoliento y esperá a que se duerma. Si lo hace, no vas a tener que preocuparte de volver hasta la próxima hora de comer; sin embargo, si tu bebé se vuelve muy inquieto, se recomienda volver a calmarlo.
Las canciones de cuna pueden hacer que tu bebé se vuelva a dormir. Una opción es cantarles a través del monitor. De esta manera, permite tranquilizar al bebé sin necesidad de entrar a cuarto. Esto es muy útil para el entrenamiento para hacer dormir al bebé.
Una luminaria nocturna es reconfortante para muchos bebés y es útil cuando vas a revisar a tu bebé en la oscuridad. Podés usar la luminaria nocturna en tu monitor, por ejemplo.
Un saco de dormir especial para bebés es una excelente alternativa a las sábanas y a las mantas, ya que el bebé no se puede escapar de este. Se ajustan para las diferentes estaciones y mantienen a tu bebé a una temperatura homogénea cuando duermen.
Los bebés y los papás realmente se benefician de una rutina para dormir desde los dos a tres meses en adelante. Temprano en la mañana podés probar con un baño, un masaje rápido, un poco de leche o quizás una suave canción de cuna. Desde los seis meses, podés incluir una historia o tal vez un osito o conejito para dormir.
Podés motivar a tu bebé a dormir de noche alimentándolo bien y regularmente durante el día. A la noche, mantené las luces bajas, evitá demasiada estimulación y sólo hacé cambio de pañales si es necesario.